Cuando vi la serie Fullmetal Alchemist a finales del 2006 no dimensionaba la relación que ésta iba a tener con mi búsqueda personal del presente. La construcción conceptual del anime me enganchó bastante y un personaje en particular me llamó mucho la atención cuando apareció: Hohenheim de la Luz. Para quien no conozca la trama, está el buen wikipedia.org (jajaja), pero para ahorrarles unos segundos de su tiempo, comentaré un breve abstract: FMA es un anime basado en el manga homónimo de Hiromu Arakawa, cuya emisión comenzó el año 2003 en Japón, terminando exactamente un año después, con 51 episodios a su haber. La historia se ambienta en un mundo paralelo al nuestro en que el curso de la evolución humana siguió un curso diferente, en que la preocupación por los asuntos bélicos sigue siendo el eje central de la civilización, pero los métodos son distintos: el uso de la alquimia en desmedro de armas de destrucción masiva (entendiéndose por alquimia a la transmutación de elementos de materia basados en la "ley de intercambio equivalente", y que requiere un profundo conocimiento de la composición íntima de un objeto), grandes avances tecnológicos en reemplazos protésicos para humanos y animales, etc. Los protagonistas son los hermanos Elric (Edward y Alphonse) que, tras un fallido intento por resucitar a su difunta madre con la alquimia, pierden un brazo y una pierna, y todo el cuerpo, respectivamente. De esta forma, iniciarán un largo viaje con el objetivo de encontrar la "Piedra Filosofal"; artilugio que les permitiría volver a la normalidad. Hohenheim de la Luz aparece en los últimos episodios, siendo una pieza clave del puzzle. Es un extraordinario alquimista, veterano, sabio y viajero errante. A modo de nexo con el motivo principal de este texto, estas características también se le atribuyen a un alma que pasó por nuestro mundo en el siglo XIV, y que además fue médico y astrólogo. Me refiero a Theophrastus Philippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, más conocido como Paracelso.
Algunos alcances sobre la vida y obra de Paracelso:
Primero, conocer y admirar la naturaleza es algo cada vez más infrecuente en los niños del presente.
Segundo, nótese el estudio de las artes liberales: trivium es el lenguaje, cuadrivium, cuatro disciplinas en que la matemática es importante y que moldean la estructura cerebral de una persona de manera que cultivan la inteligencia, la creatividad y la imaginación.
Tercero, hay personas que postulan que la medicina es una profesión, no un arte. En lo personal, me parece que ambos calificativos no son excluyentes mutuos. La medicina es una profesión y darle esa característica protege al médico en términos legales y personales; le facilita las cosas. Por otra parte, la medicina es un arte, porque todo arte tiene componentes básicos como la disciplina, el entrenamiento, el talento, el ser perfeccionable, entre otras. Con toda certeza se puede afimar que la medicina es un trabajo, un quehacer de la humanidad que puede o no ser remunerado. La economía de libre mercado ha retocado un concepto que en su génesis era altruismo puro.
Cuarto, ahora nos parece muy lógico pensar en una medicina holística, que abarque al ser humano junto a todo su contexto. Decir algo así en aquellos tiempos, es mucho más que plausible, es para disponerse a recibir la siguiente enseñanza de Paracelso.
Quinto, quienes me hayan escuchado hablar en el último tiempo y recuerden lo que he dicho, encontrarán un gran similitud entre la concepción del cosmos y del ser humano de Paracelso con respecto a la mía, así como esto tiene mucha relación con la teoría de Gaia del Sr. James Lovelock. Precisamente, esto último será materia de párrafos futuros.
Algunos alcances sobre la vida y obra de Paracelso:
- Desde pequeño, su padre le hizo conocer y admirar la naturaleza.
- Primero estudio las artes liberales (trivium: gramática, retórica, dialéctica, cuadrivium: geometría, aritmética, música y astronomía), para luego ser médico.
- En el momento de titularse, a los 23 años, se convenció de que el arte de sanar había que buscarlo en la naturaleza y no en los libros y de que había que salir y recorrer el mundo para conocer las enfermedades y las medicinas naturales que usaban los campesinos, los artesanos, los barberos y las mujeres del pueblo. Entonces inició su larga peregrinación por Europa, la que duró 12 años.
- Con poco más de 30 años escribió su primera obra , Paramirum, en la que postula que cinco esferas o entia determinan la vida humana: ens astrale, ens veneni, ens naturale, ens spirituale, ens Dei. Ens astrale, pues toda persona nace en el momento de una constelación y es hijo de su tiempo. Ens veneni, pues el hombre es parte de la naturaleza, está expuesto a sufrir la acción de las cosas que toma del mundo circundante. Ens naturale trata del camino que recorre el hombre desde su nacimiento hasta la muerte, camino determinado por su constitución y destino. Ens spirituale, pues el hombre tiene cuerpo y espíritu, y por el espíritu el mundo circundante se convierte para cada individuo en un mundo distinto y el hombre se hace pensador y creador. La enfermedad viene de la alteración del orden de estas cuatro esferas, la curación está determinada por la quinta: ens Dei.
- Después de otro peregrinaje se estableció en Alsacia, donde, para sentir justificada su existencia, publicó el grueso de sus manuscritos: es el Paragranum. Esta obra trata de las cuatro columnas sobre las cuales está edificada la medicina, y esas son: la filosofía, la astronomía, la química y la virtud, en la que está el amor. Probablemente influido por las impresiones de su juventud al contemplar la transformación de los metales en las minas, dio en esa obra una visión química del fenómeno viviente y de la enfermedad. Paracelso concibió al cosmos como un organismo, y al hombre, como un microcosmos, ambos formados por las mismas substancias químicas. Asufre, mercurio y sal son para él las substancias esenciales del organismo, cuya proporción mantiene o modifica el archeus, principio vital. Pero esos términos tienen en Paracelso un signficado abstracto, asufre y mercurio no representan cada uno un elemento químico -el concepto de éste se formuló sólo en el siglo XVII por Boyle. Asufre es el substrato de la combustión; mercurio, el de la solubilidad y de lo gaseoso, y sal, el substrato de lo estable.
Primero, conocer y admirar la naturaleza es algo cada vez más infrecuente en los niños del presente.
Segundo, nótese el estudio de las artes liberales: trivium es el lenguaje, cuadrivium, cuatro disciplinas en que la matemática es importante y que moldean la estructura cerebral de una persona de manera que cultivan la inteligencia, la creatividad y la imaginación.
Tercero, hay personas que postulan que la medicina es una profesión, no un arte. En lo personal, me parece que ambos calificativos no son excluyentes mutuos. La medicina es una profesión y darle esa característica protege al médico en términos legales y personales; le facilita las cosas. Por otra parte, la medicina es un arte, porque todo arte tiene componentes básicos como la disciplina, el entrenamiento, el talento, el ser perfeccionable, entre otras. Con toda certeza se puede afimar que la medicina es un trabajo, un quehacer de la humanidad que puede o no ser remunerado. La economía de libre mercado ha retocado un concepto que en su génesis era altruismo puro.
Cuarto, ahora nos parece muy lógico pensar en una medicina holística, que abarque al ser humano junto a todo su contexto. Decir algo así en aquellos tiempos, es mucho más que plausible, es para disponerse a recibir la siguiente enseñanza de Paracelso.
Quinto, quienes me hayan escuchado hablar en el último tiempo y recuerden lo que he dicho, encontrarán un gran similitud entre la concepción del cosmos y del ser humano de Paracelso con respecto a la mía, así como esto tiene mucha relación con la teoría de Gaia del Sr. James Lovelock. Precisamente, esto último será materia de párrafos futuros.
1 comentario:
he visto aparecer esa serie en comerciales, pero nunca le puse atención. gracias a tu post le echaré un vistazo. está bueno tu blog, ya te linkié jaja
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